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El significado de la corona de Adviento

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Habla el rector del Pontificio Instituto Litúrgico

Uno de los signos del Adviento es la corona con cuatro velas que simbolizan las cuatro semanas del tiempo de Adviento. Para entender su significado, Zenit ha entrevistado al padre Juan Javier Flores Arcas, osb, rector del Pontificio Instituto Litúrgico de San Anselmo en Roma.

«La corona de Adviento tiene que tener cuatro velas moradas, sin flores y colocarse cerca del altar», aclara este benedictino experto en liturgia y monje del famoso monasterio de Santo Domingo de Silos en España.

¿Qué significan las 4 velas de la corona de Adviento?

Padre Flores: Cada tiempo litúrgico tiene sus propios signos. El Adviento también los tiene. La corona de adviento viene del Norte de Europa, precisamente de Escandinavia y en los últimos años ha entrado con fuerza en nuestras comunidades cristianas. Consiste en un soporte circular revestido de ramas verdes (sin flores) sobre el que se colocan cuatro velas (el color morado sería el más apropiado).

Estas velas simbolizan las cuatro semanas del tiempo de Adviento y se encienden progresivamente cada uno de los domingos. La corona debe colocarse en un lugar visible en el presbiterio, bien cerca del altar bien cerca del ambón, sobre una mesita o sobre un tronco de árbol o colgada del techo.

Aparte de este lugar especial en la Iglesia, ¿puede presidir centros de mesa en una casa particular, por ejemplo?

Padre Flores: Es costumbre en los países alemanes también llevar estas velas a casa y ponerlas en lugares destacados para significar la espera del Mesías, de ese modo la celebración litúrgica entra en lo cotidiano, en la vida familiar, en las costumbres caseras y empapa de sentido cristiano y da sabor mesiánico toda la vida del cristiano.

A NUESTRA SEÑORA DEL ADVIENTO



Señora del Adviento,
Señora de los Brazos Vacíos,
Señora de la preñez evidente y extenuante.
Cuánto deseamos que camines con nosotros.
Cuánto necesitamos de ti,
mujer del pueblo,
que viajas presurosa y alegre a servir a Isabel,
a pesar de tu vientre pesado y fatigoso.
Entre las dos tejerán esperanzas y sueños.

Señora del Adviento,
Señora de los Brazos Vacíos,
también nosotros estamos preñados de esperanzas y sueños.
Soñamos con que el canto de las aves
no vuelva a ser turbado por el ruido de las balas.
Soñamos con nuestros niños sin temores,
cantando al fruto de tu vientre ya cercano.
Soñamos con los niños argentinos
durmiendo tranquilos al arrullo de un villancico.
Soñamos que nuestros viejos mueran tranquilos
y en paz murmurando una oración.
Soñamos con que algún día
podremos volver a tener sueños
y utopías y esperanzas.

Señora del Adviento, la de los Brazos Vacíos,
visítanos como a tu prima.
Monta tu burrito y ven presurosa.
Nuestros corazones son pesebres huecos y fríos
donde hace falta que nazca tu Hijo.
Ven, Señora, con tus gritos de parto
a calentar nuestros corazones,
a seguir tejiendo esperanzas con nosotros,
como lo hiciste con Isabel.
Solo así, en medio de la noche iluminada
por tus brazos ahora llenos
y por tus pechos que amamantan,
podremos volver a soñar...
podremos gritar ¡Es Navidad!

Carlos Mario Cano R. (autor)

TIEMPO DE ADVIENTO

Adviento viene de adventus, venida, llegada, se puede traducir también: “el que está viniendo”, “el que está llegando”.
El Adviento es un tiempo litúrgico que comienza el domingo más cercano al 30 de noviembre y abarca cuatro domingos. El primer domingo puede adelantarse hasta el 27 de noviembre, y entonces el Adviento tiene veintiocho días, o retrasarse hasta el 3 de diciembre, teniendo solo veintiún días.
Con el Adviento comienza el año litúrgico y durante este tiempo la reflexión está orientada a la vigilancia y expectativa de la venida del Señor. Podemos decir que es un tiempo de preparación para celebrar dignamente el aniversario de la venida del Señor Jesús en la historia: la Navidad.
El Adviento consta de dos partes:
a) desde el primer domingo al día 16 de diciembre, con marcado carácter escatológico, mirando a la venida del Señor al final de los tiempos;
b) desde el 17 de diciembre al 24 de diciembre, es la llamada "Semana Santa" de la Navidad, y se orienta a preparar más explícitamente la venida de Jesucristo en las historia, la Navidad.

El Adviento es tiempo de esperanza, pero de esperanza responsable y vigilante. Para el antiguo Israel la espera del Mesías significó una larga preparación, no siempre fiel, para sentir la necesidad de un Redentor, que fuera revelación plena y personal del amor de Dios. Para nosotros en la Iglesia, el Adviento significa la responsabilidad y la fidelidad ante el que ha venido como Redentor, pero que volverá un día para coronar en nosotros su obra de salvación en la eternidad.
Las lecturas bíblicas del tiempo de Adviento están tomadas sobre todo del profeta Isaías (primera lectura), también se recogen los pasajes más proféticos del Antiguo Testamento señalando la llegada del Mesías. Isaías, Juan Bautista y María de Nazaret son los modelos de creyentes que la Iglesia ofrece a los fieles para preparar la venida del Señor Jesús.

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