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¿Qué hizo Pablo luego de su conversión?

En la carta que Pablo escribió a los gálatas dice: “Cuando Dios, que me eligió desde el vientre de mi madre y me llamó por medio de su gracia, quiso revelarme a su Hijo para que yo lo anunciara entre los paganos, inmediatamente, sin consultar a ningún hombre, y sin subir a Jerusalén para ver a los que eran apóstoles antes que yo, me fui a Arabia, y después regresé a Damasco (Gál 1, 16-17).

En este pasaje deducimos en primer lugar, que cuando Pablo se hizo cristiano, se hallaba viviendo en la ciudad de Damasco (la capital de Siria). Su carta dice que
después de su conversión (no aclara dónde ocurrió) viajó a Arabia, y después regresó a Damasco. Si "regresó" a Damasco, es porque allí vivía cuando se convirtió.

¿Por qué vivía en Damasco si era oriundo de Tarso? Posiblemente debido a su profesión de fabricante de carpas. Al ser Damasco una ciudad grande y comple­tamente rodeada por el desierto, era lógico que allí se necesitaran más que en otras partes las tiendas de campaña que él y su familia fabricaban. Por lo tanto, fue mientras estaba radicado en Damasco por razones laborales, cuando Pablo conoció el cristianismo. Allí lo combatió en un principio, y allí finalmente decidió aceptarlo.

Lo segundo que nos dice el texto es que Pablo, apenas abrazó el cristianismo, emprendió un viaje con destino a Arabia.

¿Qué fue a hacer allí? Algunos dicen que fue a hacer una especie de retiro espiritual, ya que recién convertido, necesitaba un tiempo para reflexionar, para poner en orden sus ideas, y sobre todo para estudiar mejor el cristianismo que acababa de aceptar. Este tiempo es considerado como un período de formación interior y de capaci­tación personal. Por eso algunos autores suponen que la región a donde se marchó sería una zona solitaria del desierto de Arabia.

Pero según esta misma carta, Pablo la escribió con el fin de reivindicar su autoridad como apóstol, que había sido puesta en duda en aquella comunidad. Él quería dejar en claro la solidez y firmeza de su doctrina, mostrando cómo apenas aceptó el Evangelio de Jesús salió a proclamarlo, sin necesidad de que nadie le enseñara nada ni le aclarara las ideas. Entonces no fue a hacer ningún retiro ni a capacitarse.

Lo cierto es que Pablo sabía bien qué ensañaba el cristianismo porque tuvo que estudiarlo pero también lo ha aprendido de los predicadores que él perseguía. Por eso, una vez que se convirtió, no tuvo mayor necesidad de ir a aprender ni a estudiar esta doctrina.

Por lo tanto, debemos concluir que luego de su conversión viajó a Arabia donde comenzó su tarea misionera y a la que nunca renunciaría.

La conversión de un hombre supone un conocimiento previo de la realidad a la que se convierte u orienta su vida. Esta idea nos puede ayudar en nuestra tarea evangelizadora ya que muchas veces hemos pretendido que las conversiones sean instantáneas sin tener en cuenta que antes debe darse un proceso de aprendizaje de la doctrina y de la fe.

El que se convierte ya se siente capacitado para evangelizar, es que durante su proceso de conversión ha estado muy atento para escuchar y aprender. Y es por eso que algunos recién convertidos nos sorprenden cuando rápidamente comienzan a anunciar lo que han escuchado.

Pero a veces el converso cree que ha demorado mucho en responder y piensa que estuvo perdiendo tiempo y por eso cuando acepta la nueva doctrina inmediatamente se pone en marcha y quiere hacer que los demás también se conviertan sin dejar pasar el tiempo.

Como vemos, ésta es la enseñanza que nos deja el Apóstol Pablo de su conversión y quizás la nuestra haya sido algo parecida. Así que no nos demoremos en anunciar la salvación que para algunos hermanos podrá ser el inicio y para otros la etapa final del proceso de conversión.


¿Cuántos fueron los viajes que realizó Pablo?

Según la presentación que hace el libro de Los Hechos de los Apóstoles, san Pablo hizo "tres viajes misioneros".




El primero, tuvo lugar entre los años 45 y 48. Sus acompañantes fueron Bernabé y Juan Marcos. Y el destino fue la isla de Chipre, y la región de Licaonia (al sur de la actual Turquía).

El segundo viaje lo realizó entre los años 49 y 51. Esta vez lo acompañaron Silvano y Timoteo. Y además de visitar las iglesias ya fundadas de Licaonia, Pablo recorrió las provincias de Macedonia y Acaya, en Grecia.

El tercero y Último de los viajes fue entre los años 52 y 54.
Tuvo como compañero a Tito. Y el recorrido abarcó la región de Licaonia, la provincia de Asia, y una Última visita a los te­rritorios de Macedonia y Acaya.
EL ROSARIO DE SAN PABLO: de perseguidor a apóstol de Jesús

Misterios paulinos

1. Misterio: Saulo perseguidor de los cristianos.

Saulo asolaba la Iglesia… y respiraba amenazas de muerte contra los discípulos del Señor (Hechos 8,3; 9,1).


2. Misterio: Saulo convertido.
En el camino de Damasco, una luz lo envolvió, cayó en tierra y oyó una voz: Saulo, Saulo ¿por qué me persigues? Él le preguntó: ¿Quién eres, Señor? Y él: Yo soy Jesús a quién tú persigues. Entró en la ciudad y fue bautizado (Hech 9, 3-6.19).


3. Misterio: Saulo, ahora Pablo, misionero de Cristo.
Nosotros anunciamos a Cristo crucificado, escándalo para los judíos y locura para los paganos, pero poder y sabiduría de Dios para los llamados (1Cor 1, 23-24).


4. Misterio: Pablo indica el camino mejor.
Les mostraré un camino que es el mejor…Ahora permanecen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más grande es el amor (1Cor 12,31-13,13).


5. Misterio: Pablo a la espera del premio.
Ya estoy cerca de ser ofrecido en sacrificio: he combatido el buen combate, he concluido mi carrera, he conservado la fe; sólo me que queda recibir de Dios el premio merecido (2Tim 4, 7-8).


Invocaciones a san Pablo, misionero del Evangelio

Pablo, perseguidor de la fe, convertido a Cristo.
Ruega por nosotros.


Pablo, que ha visto al Señor en el Camino. R.

Pablo, testigo del amor misericordioso. R.

Pablo, modelo de la conversión a Dios. R.

Pablo, hombre atento a la voz del Espíritu. R.

Pablo, caminante incansable del Evangelio. R.

Pablo, cuya vida es Cristo. R.

Pablo, misionero y comunicador de Cristo. R.

Pablo, fundador y animador de comunidades. R.

Pablo, maestro y pastor de cristianos. R.

Pablo, defensor de la libertad cristiana. R.

Pablo, que se hizo todo para todos. R.

Pablo, testigo enamorado de Cristo. R.

Pablo, que revela el camino más grande: el amor. R.

Pablo, que vive urgido por el amor de Cristo. R.

Pablo, que aspira a formar a Cristo en todos. R.

Pablo, servidor fiel de Cristo. R.

Pablo, que sólo quiere conocer al Crucificado. R.

Pablo, que trabajó con sus manos. R.

Pablo, que se hizo débil con los débiles. R.

Pablo, que se siente responsable de todos. R.

Pablo, que lleva en su cuerpo los estigmas de Cristo. R.

Pablo, hombre nuevo de la Pascua. R.

Pablo, hombre de entrega ilimitada a los hermanos. R.

Pablo, que lucha el buen combate de la fe. R.

Pablo, que todo lo sufre por el Evangelio. R.

Pablo, que revela a Cristo camino nuevo y viviente. R.

Pablo, que todo lo puede con la fuerza de Cristo. R.

Pablo, que nos revela que Dios es fiel. R.

Pablo, que nos recuerda que el premio es el mismo Dios. R.



Cordero de Dios, que convertiste a Pablo perseguidor,
Perdónanos, Señor.


Cordero de Dios, que premiaste a Pablo apóstol,
Escúchanos, Señor.


Cordero de Dios, que glorificaste a Pablo mártir,
Ten misericordia de nosotros.




Oremos. – Señor y Dios nuestro, que elegiste a san Pablo para predicar el Evangelio, haz que penetre en todo el mundo la fe que el Apóstol llevó a las naciones, para que tu Iglesia crezca sin cesar. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


P. Benito Spoletini, ssp
DECRETO DE LA PENITENCIARÍA APOSTÓLICA

Indulgencia con ocasión de los dos mil años del nacimiento del apóstol san Pablo
En la inminencia de la solemnidad litúrgica de los Príncipes de los Apóstoles, el Sumo Pontífice, impulsado por su solicitud pastoral, quiere proveer oportunamente a los tesoros espirituales que se han de conceder a los fieles para su santificación, de modo que puedan renovar y fortalecer, con mayor fervor aún en esta piadosa y feliz ocasión, propósitos de salvación sobrenatural ya a partir de las primeras Vísperas de la recordada solemnidad, principalmente en honor del Apóstol de los gentiles, de cuyo nacimiento terreno están a punto de cumplirse dos mil años.

En verdad, el don de las indulgencias, que el Romano Pontífice ofrece a la Iglesia universal, allana el camino para alcanzar en sumo grado la purificación interior que, rindiendo honor al bienaventurado apóstol san Pablo, exalta la vida sobrenatural en el corazón de los fieles y los estimula a dar frutos de buenas obras.

Por tanto, esta Penitenciaría apostólica, a la que el Santo Padre ha encomendado la tarea de preparar y redactar el Decreto de concesión y obtención de las indulgencias, que valdrán durante todo el Año paulino, con el presente Decreto, promulgado en conformidad con la voluntad del Sumo Pontífice, benévolamente concede las gracias que se enumeran a continuación:

I. A todos y cada uno de los fieles cristianos verdaderamente arrepentidos que, debidamente purificados mediante el sacramento de la Penitencia y alimentados con la sagrada Comunión, visiten piadosamente en forma de peregrinación la basílica papal de San Pablo en la vía Ostiense y oren según las intenciones del Sumo Pontífice, se les concede e imparte la indulgencia plenaria de la pena temporal por sus pecados, una vez que hayan obtenido la remisión sacramental y el perdón de sus faltas.

Los fieles cristianos podrán lucrar la indulgencia plenaria para sí mismos o aplicarla por los difuntos, cuantas veces se realicen las obras indicadas, respetando la norma según la cual solamente se puede obtener la indulgencia plenaria una vez al día.

Asimismo, para que las oraciones que se eleven durante estas visitas sagradas lleven y estimulen más intensamente el corazón de los fieles a la veneración de la memoria de san Pablo, se establece y dispone cuanto sigue: los fieles, además de elevar sus súplicas ante el altar del santísimo Sacramento, cada uno según su piedad, deberán acercarse al altar de la Confesión y rezar devotamente el padrenuestro y el Credo, añadiendo invocaciones piadosas en honor de la santísima Virgen María y de san Pablo. Dicha devoción debe estar siempre estrechamente unida a la memoria de san Pedro, el Príncipe de los Apóstoles.

II. Los fieles cristianos de las diversas Iglesias locales, una vez cumplidas las condiciones habituales (confesión sacramental, Comunión eucarística y oración según las intenciones del Sumo Pontífice), excluido cualquier apego al pecado, podrán lucrar la indulgencia plenaria si participan devotamente en una función sagrada o en un ejercicio piadoso realizados públicamente en honor del Apóstol de los gentiles: los días de la inauguración solemne y la clausura del Año paulino, en todos los lugares sagrados; en otros días determinados por el Ordinario del lugar, en los lugares sagrados dedicados a san Pablo y, para utilidad de los fieles, en otros designados por el mismo Ordinario.

III. Por último, los fieles impedidos por la enfermedad o por otra causa legítima y relevante, siempre con el corazón desapegado de cualquier pecado y con el propósito de cumplir las condiciones habituales apenas sea posible, podrán lucrar también la indulgencia plenaria, con tal que se unan espiritualmente a una celebración jubilar en honor de san Pablo, ofreciendo a Dios sus oraciones y sus sufrimientos por la unidad de los cristianos.

Con el fin de que los fieles puedan participar más fácilmente de estos beneficios celestiales, los sacerdotes aprobados por la autoridad eclesiástica competente para escuchar confesiones muéstrense dispuestos con generosidad para acogerlas.

Este decreto sólo tiene validez durante el Año paulino. No obstante cualquier disposición contraria.

Dado en Roma, en la sede de la Penitenciaría apostólica, el 10 de mayo, año de la Encarnación del Señor 2008, víspera de Pentecostés.

Cardenal James Francis STAFFORD
Penitenciario mayor
@ Gianfranco GIROTTI, o.f.m.conv.
Obispo titular de Meta, Regente

AÑO PAULINO

EXPLICACION DEL LOGO DEL AÑO PAULINO

El logotipo utilizado para el Año Paulino que irá desde 28 de junio de 2008 hasta el 29 de junio de 2009 es una síntesis visual de la aportación específica que las Paulinas (Hijas de San Pablo) y los Paulinos (Sociedad de San Pablo) quieren ofrecer a toda la comunidad eclesial. El texto Año Paulino 2008-2009 es como el ancla para guiar la interpretación de las líneas y colores utilizados.

La fecha escrita recuerda el acontecimiento en sí, pero al mismo tiempo converge en una interpretación de la historia como encuentro entre el paso del tiempo y la Providencia. Basta pensar en el modo de datar en tiempos pasados: Año del Señor, seguido de la fecha. El adjetivo paulino está estrechamente ligado a San Pablo, es decir, a la dimensión espiritual y eterna.

El logotipo de la Sociedad de San Pablo simboliza la posibilidad del encuentro entre una línea recta partida (de color negro) y una línea oblicua, casi una espiral (de color rojo), con el texto San Pablo. El logotipo de las Hijas de San Pablo es el conjunto de una representación estilizada de la tierra (el mapa del mundo con paralelos, de color negro) y de la P mayúscula, inicial de la palabra Paulinas (de color rojo).

El logotipo del Año Paulino retoma líneas y colores de los dos logotipos imprimiendo un dinamismo que remite tanto a la forma de la tierra como al intento de acercar los colores negro y rojo mediante una alusión a la fuerza circular que crea las condiciones para una mayor implicación.

El reclamo a las formas y colores de los dos logotipos se complementa con una línea idealmente circular, de color amarillo, que simboliza el movimiento de la tierra.

La línea está compuesta por pequeños segmentos distintos que aluden tanto a los viajes apostólicos de San Pablo como a los productos de una tecnología cada vez más especializada que giran alrededor de la tierra.

Con esta síntesis visual, las Paulinas y los Paulinos, quieren contribuir a la celebración del dinamismo apostólico universal de San Pablo (línea amarilla) con el específico carisma de la comunicación que, desde hace tiempo, es representado por líneas, rectas y redondeadas, y por los colores rojo y negro.

P. Silvio Sassi
Superior General de la Sociedad de San Pablo

Este video es corto pero fuerte porque muestra el momento en que Saulo es iluminado por el Señor y llamado a la conversión. Y como todo proceso de conversión, el que experimenta Saulo también es doloroso.

AÑO PAULINO

El Papa Benedicto XVI convocó, durante la celebración litúrgica de la fiesta de San Pedro y San Pablo (29 de junio), un año jubilar dedicado al apóstol san Pablo, para recordar los dos mil años del nacimiento del apóstol de las gentes.

San Pablo es el primero en escribir un documento del Nuevo Testamento (año 51) y fue la primera carta dirigida a la comunidad de Tesalónica, comunidad que fundó en su primer viaje misionero alrededor del año 50.

La tradición de la Iglesia lo llama “El Apóstol” y aunque no haya pertenecido al grupo de los Doce, Pablo se consideraba elegido directamente por el Señor a través de una revelación divina.

San Pablo no goza de la popularidad de los santos actuales como San Antonio, San Cayetano o San Expedito. Quizás nunca hemos tenido una estampita con su imagen.

Esta es la razón por la que el Papa Benedicto XVI ha decidido dedicar todo un año a celebrar la existencia de este hombre en un principio llamado Saulo de Tarso y hoy conocido como San Pablo.

El año paulino nos ayudará a conocer mejor a este apóstol tan importante en la vida de la Iglesia.

El video que podrás mirar más abajo muestra aspectos muy interesantes de la vida de Pablo como los lugares donde vivió y desarrolló su ministerio de Apóstol.

Hay muchos videos que circulan en la red y en otros lugares y pienso que todos nos dicen algo, pero yo puse éste porque he visto que aporta datos verosímiles y acordes con la tradición y enseñanza de la Iglesia Católica.



OTRO VIDEO MUY BUENO DE LA VIDA Y MISIÓN DE SAN PABLO APÓSTOL

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