Mostrando entradas con la etiqueta Navidad. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Navidad. Mostrar todas las entradas
¡¡¡ FELIZ NAVIDAD !!!

EL NACIMIENTO DE JESUS


Después que María y José habían llegado a Belén, María dio a luz a su bebé en un humilde pesebre de paja, en un establo junto a los animales.

Este lugar era lo único que ellos habían podido conseguir durante su estadía en Belén. No eran personas que poseían riquezas materiales. Pero tenían la enorme responsabilidad y el honor de criar y educar al hijo de Dios.

El calor de María, unas pobres mantas y su humilde cunita hecha de paja lo abrigaban.

En ese mismo instante, muy cerca de allí, un grupo de pastores descansaban con sus rebaños de ovejas. Los pastores de ovejas en las noches estrelladas solían agruparse entre ellos para conversar y protegerse entre sí de los lobos y ladrones que acechaban por la zona.

Estando todos reunidos de pronto vieron una luz intensa los sorprendió, ellos tuvieron muchísimo miedo.

La luz que los encandiló era un ángel que se acercó a ellos y les dijo que no temieran y les contó que el Mesías había nacido. También les explicó como llegar hasta el establo donde Jesús estaba y de qué manera encontrarían al niñito.

Miles de ángeles celestiales cantaban en el cielo "Gloria a Dios en las alturas y en la tierra Paz, buena voluntad para con los hombres".

De esta manera los pastores llegaron establo y se encontraron con María, José y un bebé muy especial envuelto en sencillas mantas en una cunita hecha de paja, tal cual se lo había descrito el ángel.

Los pastores se arrodillaron ante el niño y lo adoraron, le contaron a María y a José lo que les había ocurrido aquella noche, y el anuncio del ángel.

María escuchaba estas palabras con atención, mientras se fortalecía pensando que Dios estaba dirigiendo todas las cosas. Ella sabía perfectamente donde se encontraba su hijo y a pesar de que estuviera en un humilde pesebre Dios los acompañaba.

De esta manera, Jesús, el liberador que el pueblo de Israel había esperado durante tanto tiempo, nació en un establo, muy lejos del brillo de los grandes palacios y los festejos que comúnmente rodeaban el nacimiento de un rey.
¿DONDE NACE DIOS?

Según el Evangelio de San Lucas, Jesús nació en Belén, en una casa donde no había una habitación disponible el día que le tocó a María dar a luz a su hijo: “Y dio a luz a su primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no tenían lugar en la sala” (Lc 2,7). Su cuna fue un pequeño pesebre, es decir, un cajón donde se ponía el alimento para los animales domésticos.

Que el Hijo de Dios haya nacido en ese lugar ¿fue algo circunstancial, imprudencia de José (su padre) o descuido de María (su madre)? No fue por ninguna de estas razones. La razón es que Dios ha querido nacer allí. El eligió como lugar especial una humilde casa de Belén que en el momento del nacimiento solo quedaba espacio donde guardaban a los animales.

Al enviarnos a su Hijo, quiso Dios darnos la salvación pero también quería darnos una lección, una enseñanza que deben conocerla todos los hombres, por eso el nacimiento de Jesús no es solo una anécdota que nos gusta escuchar, contar y representar, sino más bien es un acontecimiento que estará presente en todos los momentos de nuestra historia. La escena del pesebre es no sólo para contemplar, sino para dejarnos tocar por ella y aprender con el corazón la sabiduría allí contenida.

La lección que nos da Dios es que Él viene a lugares que nosotros consideramos muchas veces indignos. Dios se hace presente en lo más bajo que nosotros podamos imaginarnos. Allí donde hay basura, excrementos y residuos quiso el Salvador comenzar su misión.

Nosotros muchas veces nos consideramos indignos de Dios por el pecado, por las faltas en que caemos diariamente, nos creemos basura, y además, están aquellos que nos hacen sentir la peor lacra de la tierra y por eso no nos acercamos a Dios. No nos dimos cuenta de que Dios ha elegido lo más bajo de este mundo para hacer su morada. Es que Él viene a levantarnos y a purificarnos de todas las manchas que el mundo y la sociedad han marcado en nosotros.

Otras veces pensamos y decimos de una persona o una familia que por su pecado, por su situación de pobreza, por su estado de caída, no merecen que Dios las tenga en cuenta. En la Navidad, Dios nos hace ver que Él viene precisamente a estas personas con estas situaciones y que las prefiere ante aquellas que aparentan bondad, rectitud y pureza.

El Nacimiento del Salvador nos enseña a valorar lo poco que somos y tenemos, nos enseña a descubrir que ante la miseria humana está su Misericordia divina y que ante nuestros pecados está la abundancia de su Gracia.

La Navidad es Dios que entra en el mundo y en la historia, pero también quiere entrar en el corazón de cada uno de nosotros. La Navidad es el nacimiento de Dios en todo lugar y en toda persona que le abre las puertas de su corazón con toda sinceridad. La Navidad es presencia de Dios en lugares pobres y en personas caídas que lo buscan.

¡Felices los hombres y mujeres que en esta Navidad verán nacer a Dios en sus corazones y en su familia porque ellos serán capaces de cuidarlo y llevarlo a otros lugares donde también debe nacer! Feliz Navidad para todos los hermanos en la fe y en el amor de Dios, manifestado en Jesucristo, su Hijo, nuestro Señor. Amén.

Padre Pablo Simón Valdez
Asesor del Movimiento Círculos de Juventud

Diócesis de la Santísima Concepción

¿QUÉ HACEMOS EN NAVIDAD?

Al comenzar el mes de diciembre, la gente empieza a preguntarse qué hará en la próxima Navidad. Mientras otras ya lo han definido y se proponen viajar, comprar, adornar, comer, beber, etc.
Quizás son pocos los que piensan cómo celebrarla, con qué espíritu vivirla y con qué personas compartirla.
Sería lindo que aquí podamos contar qué hacemos en Navidad, cómo festejamos y con qué personas compartimos esta fiesta.

Yo, luego de celebrar la misa y antes de la hora 0.00 voy a mi casa paterna y junto a
mi familia (que ya regresaron de la iglesia del pueblo) nos preparamos para celebrar, compartir y disfrutar de la fiesta. Mi madre hace la bendición de la mesa y comienza a servir la comida mientras escuchamos de fondo una canción por una FM desconocida y los saludos que la gente se envía. A mis hermanos les gusta brindar con sidra o ananás y no coinciden conmigo porque ese día descorcho un tinto con etiqueta; mis padres y mis sobrinos optan por la ensalada de frutas y pan dulce, aunque los más chicos entretenidos con los cohetes no saben qué está pasando en la mesa. En el brindis decimos unas pocas palabras y pedimos para que haya navidades en todos los hogares.

Entre pitos y flautas ya pasó la primera hora del Nacimiento y recién me acuerdo que se podría leer el pasaje bíblico de Lucas que cuenta este hecho y también nos acordamos que no encendimos la velita, y todavía no nos acercamos hasta el pesebre que cuidadosamente lo preparó mi sobrino. Y nos estábamos perdiendo lo esencial porque no saben ¡Que paz hay en el pesebre y a su alrededor! pero no porque estemos lejos en el comedor y los niños haciendo ruido en otra parte, sino porque de esa imagen, de esa escena de Belén que contemplamos y rezamos juntos se comunica la PAZ, el AMOR, la ALEGRIA y la ESPERANZA, y así el Señor ha nacido en nuestro corazón y en nuestra familia y con esa certeza y ese gozo seguimos compartiendo anécdotas y recordando navidades anteriores y finalmente nos vamos a dormir en el horario que cada uno elige. ¡FELIZ NAVIDAD!

NAVIDAD: BUENA NOTICIA PARA TODOS

En la misa nocturna del 24 de diciembre, a pocas horas de conmemorar y festejar el nacimiento del Salvador, el Evangelio de Lucas (cap 2, 1-14) nos cuenta brevemente el gran acontecimiento que dará nuevo sentido a la historia de la humanidad. Al escuchar este relato se suele centrar la atención y la imaginación en el momento del Nacimiento, en las figuras de María, José y el Niño, y, a decir verdad, son los personajes principales del relato y por lo tanto merecen su debida atención y reflexión.

Sin embargo, conviene que también descubramos la importancia y el papel que cumplen los ángeles y los pastores en este suceso. Se dice que el ángel del Señor vino del cielo para anunciar esta Buena Noticia a los pastores. ¿Quiénes son los pastores para que sean los primeros en recibir este anuncio?

Los pastores, según el evangelio, cuidaban de noche sus rebaños. Se puede interpretar que son los hombres que representan al pueblo del que habla el profeta Isaías: “El pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz…” es la humanidad que está a oscuras y recibe la luz, es la humanidad que está perdida y recibe la salvación.

Los pastores representan a las clases pobres, al hombre en peligro, a la humanidad débil, y es a ellos a quienes ha querido Dios entregar el mensaje aquella noche. ¿No se hubiese anunciado en las grandes ciudades, a personajes importantes y poderosos para que se difundiera rápidamente la noticia? ¿Por qué Dios ha preferido revelarse primero a lo más pequeño, débil y humilde? Observemos que la señal también es pequeña: es un niño recién nacido, envuelto en pañales y acostado en un pesebre. Se da como señal lo más pequeño, lo más débil, lo más humilde.

Los pastores no contaban con los derechos de todo ciudadano en la vida civil y política. Era la profesión más despreciada. Que los pastores estén ya incluidos en la escena de Navidad, es un adelanto de todo el evangelio, es un anticipo de la misión del Salvador y es una perspectiva de la entrega generosa del Mesías.
Los pastores no están en el pesebre, estaban a la intemperie. Esto indica que estaban expuestos a la rudeza de la naturaleza como también señala su estado de pobreza. A continuación, los hombres que recibirán la revelación son hombres forjados por la adversidad, expuestos a los más grandes peligros y marcados por la necesidad y la indigencia.

Los ángeles trajeron la Buena Noticia a los pastores, y éstos la llevaron a todos los que habían ido a ver a Jesús. Los pastores creyeron en la palabra que Dios les había hecho saber, y rápidamente se convirtieron en mensajeros. Todos los que los oían quedaban admirados. Los pastores fueron los primeros misioneros del Evangelio, los primeros evangelizadores después de los ángeles.

A nosotros, al igual que a los pastores, se nos anuncia esta verdad. A nosotros que padecemos muchos males y situaciones adversas, que sufrimos y esperamos mejorías, que buscamos progreso y anhelamos paz y felicidad, se nos dice que viene el Mesías, el Salvador de todos los hombres. ¿No es ésta una Buena Noticia ya que irrumpe como un rayo en nuestra vida personal y comunitaria? Si es Buena Noticia para nosotros debemos comunicarla a much
os jóvenes que caminan en la oscuridad, a tantos ancianos que sufren soledad y abandono, a numerosos niños que son maltratados, a todas las madres solteras que son marginadas, a tantas familias que son desposeídas y a tantos pobres y enfermos que sufren desatención y olvido.

La Navidad será Buena Noticia para todos si cada uno de nosotros como pastores, en primer lugar, nos dejamos iluminar por la presencia humilde del Niño de Belén y si sabemos llevar esta luz a los corazones tristes, sufrientes y perturbados. La Navidad será la Mejor Noticia si la escuchamos con el corazón y la comunicamos con amor, alegría y esperanzas.

UN LINDO CUENTO PARA NAVIDAD

LOS GANSOS

Érase una vez un hombre que no creía en Dios. No tenía reparos en decir lo que pensaba de la religión y las festividades religiosas, como la Navidad. Su mujer, en cambio, era creyente a pesar de los comentarios desdeñosos de su marido.

Una Nochebuena en que estaba nevando, la esposa se disponía a llevar a los hijos al oficio navideño de la parroquia de la localidad agrícola donde vivían. Le pidió al marido que los acompañara, pero él se negó.

- ¡Qué tonterías! -arguyó-. ¿Por qué Dios se iba a rebajar a descender a la tierra adoptando la forma de hombre? ¡Qué ridiculez!

Los niños y la esposa se marcharon y él se quedó en casa. Un rato después, los vientos empezaron a soplar con mayor intensidad y se desató una ventisca. Observando por la ventana, todo lo que aquel hombre veía era una cegadora tormenta de nieve. Y decidió relajarse sentado ante la chimenea.

Al cabo de un rato, oyó un golpazo; algo había golpeado la ventana. Luego, oyó un segundo golpe fuerte. Miró hacia afuera, pero no logró ver a más de unos pocos metros de distancia. Cuando empezó amainar la nevada, se aventuró a salir para averiguar qué había golpeado la ventana.
Dos gansos muertos yacían al pie de su ventana y en su potrero descubrió una bandada de gansos salvajes. Por lo visto iban camino al sur para pasar allí el invierno, se vieron sorprendidos por la tormenta de nieve y no pudieron seguir. Perdidos, terminaron en aquella granja sin alimento ni abrigo. Daban aletazos y volaban bajo en círculos por el campo, cegados por la borrasca, sin seguir un rumbo fijo. El agricultor sintió lástima de los gansos y quiso ayudarlos.

- Sería ideal que se quedaran en el granero -pensó-. Ahí estarán al abrigo y a salvo durante la noche mientras pasa la tormenta.

Dirigiéndose al establo, abrió las puertas de par en par. Luego, observó y aguardó, con la esperanza de que las aves advirtieran que estaba abierto y entraran. Los gansos, no obstante, se limitaron a revolotear dando vueltas. No parecía que se hubieran dado cuenta siquiera de la existencia del granero y de lo que podría significar en sus circunstancias. El hombre intentó llamar la atención de las aves, pero sólo consiguió asustarlas y que se alejaran más.

Entró a la casa y salió con algo de pan. Lo fue partiendo en pedazos y dejando un rastro hasta el establo. Sin embargo, los gansos no entendieron.

El hombre empezó a sentir frustración. Corrió tras ellos tratando de ahuyentarlos en dirección al granero. Lo único que consiguió fue asustarlos más y que se dispersaran en todas direcciones menos hacia el granero. Por mucho que lo intentara, no conseguía que entraran al granero, donde estarían abrigados y seguros.

- ¿Por qué no me seguirán? -exclamó- ¿Es que no se dan cuenta de que ese es el único sitio donde podrán sobrevivir a la nevasca?

Reflexionando por unos instantes, cayó en la cuenta de que las aves no seguirían a un ser humano.
- Si yo fuera uno de ellos, entonces sí que podría salvarlos -dijo pensando en voz alta.
Seguidamente, se le ocurrió una idea. Entró al establo, agarró un ganso doméstico de su propiedad y lo llevó en brazos, paseándolo entre sus congéneres salvajes. A continuación, lo soltó. Su ganso voló entre los demás y se fue directamente al interior del establo. Una por una, las otras aves lo siguieron hasta que todas estuvieron a salvo. El campesino se quedó en silencio por un momento, mientras las palabras que había pronunciado hacía unos instantes aún le resonaban en la cabeza:

- Si yo fuera uno de ellos, ¡entonces sí que podría salvarlos! Reflexionó luego en lo que le había dicho a su mujer aquel día:

- ¿Por qué iba Dios a querer ser como nosotros? ¡Qué ridiculez!

De pronto, todo empezó a cobrar sentido. Entendió que eso era precisamente lo que había hecho Dios. Diríase que nosotros éramos como aquellos gansos: estábamos ciegos, perdidos y a punto de perecer. Dios se volvió como nosotros a fin de indicarnos el camino y, por consiguiente, salvarnos. El agricultor llegó a la conclusión de que ese había sido ni más ni menos el objeto de la Natividad.

Cuando amainaron los vientos y cesó la cegadora nevasca, su alma quedó en quietud y meditó en tan maravillosa idea. De pronto comprendió el sentido de la Navidad y por qué había venido Jesús a la Tierra. Junto con aquella tormenta pasajera, se disiparon años de incredulidad. Hincándose de rodillas en la nieve, elevó su primera plegaria:

"¡Gracias, Señor, por venir en forma humana a sacarme de la tormenta!"

NAVIDAD

¡¡¡¡¡ FELIZ NAVIDAD !!!!! MUCHAS FELICIDADES PARA TODOS USTEDES Y SUS FAMILIAS Y QUE EL NIÑO DE BELEN DERRAME ABUNDANTES BENDICIONES......

Image Hosted by ImageShack.us


¿QUÉ NOS ENSEÑA LA NAVIDAD?

El nacimiento de Jesús nos enseña que Dios nunca está alejado de nosotros ni ajeno a nuestras necesidades. Él no está al margen de lo que pasa en nuestra historia ni es indiferente a la situación de cada hombre. Al hacerse carne, Dios asumió la humanidad sufriente, sujeta al dolor, a la enfermedad y a la muerte. Por el misterio de la encarnación, el Hijo de Dios se ha unido a todos los hombres.

La Navidad nos revela el amor y la ternura, la misericordia y el perdón, la compasión y la bondad, el compromiso y el deseo de Dios de vivir con nosotros. Por eso, la Navidad nos marca un estilo de vida, de humildad y servicio, crecimiento y maduración de nuestra fe, pero también nos señala un camino de justicia y solidaridad para con nuestros hermanos, pobres y desamparados. La Navidad nos enseña a compartir nuestra vida.

Celebrar la Navidad significa recibir en nuestro corazón a Dios que viene a visitarnos y salvarnos. Es permitir el ingreso del Salvador en nuestra realidad personal, familiar y comunitaria. Es dejar que Él ilumine, toque y transforme nuestras conciencias, nuestros pensamientos y actitudes. La Navidad es aceptar a Dios que viene a hacerse carne en nosotros. Es adoptar una forma de vida con las características propias del pesebre: amor, humildad, desprendimiento, confianza y entrega; pero también es emprender un camino hacia belén donde nacerá el Niño.

En esta Navidad, démosle la bienvenida a Dios que quiere visitarnos y vivir con nosotros. Abramos nuestros corazones al misterio, para que podamos sentir el gozo de su presencia en nuestra vida, en nuestra familia y en nuestra comunidad. Que el Niño de Belén encuentre sitio y acogida en todos los hombres de esta bendita tierra.

ULTIMA CENA