NAVIDAD: BUENA NOTICIA PARA TODOS

En la misa nocturna del 24 de diciembre, a pocas horas de conmemorar y festejar el nacimiento del Salvador, el Evangelio de Lucas (cap 2, 1-14) nos cuenta brevemente el gran acontecimiento que dará nuevo sentido a la historia de la humanidad. Al escuchar este relato se suele centrar la atención y la imaginación en el momento del Nacimiento, en las figuras de María, José y el Niño, y, a decir verdad, son los personajes principales del relato y por lo tanto merecen su debida atención y reflexión.

Sin embargo, conviene que también descubramos la importancia y el papel que cumplen los ángeles y los pastores en este suceso. Se dice que el ángel del Señor vino del cielo para anunciar esta Buena Noticia a los pastores. ¿Quiénes son los pastores para que sean los primeros en recibir este anuncio?

Los pastores, según el evangelio, cuidaban de noche sus rebaños. Se puede interpretar que son los hombres que representan al pueblo del que habla el profeta Isaías: “El pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz…” es la humanidad que está a oscuras y recibe la luz, es la humanidad que está perdida y recibe la salvación.

Los pastores representan a las clases pobres, al hombre en peligro, a la humanidad débil, y es a ellos a quienes ha querido Dios entregar el mensaje aquella noche. ¿No se hubiese anunciado en las grandes ciudades, a personajes importantes y poderosos para que se difundiera rápidamente la noticia? ¿Por qué Dios ha preferido revelarse primero a lo más pequeño, débil y humilde? Observemos que la señal también es pequeña: es un niño recién nacido, envuelto en pañales y acostado en un pesebre. Se da como señal lo más pequeño, lo más débil, lo más humilde.

Los pastores no contaban con los derechos de todo ciudadano en la vida civil y política. Era la profesión más despreciada. Que los pastores estén ya incluidos en la escena de Navidad, es un adelanto de todo el evangelio, es un anticipo de la misión del Salvador y es una perspectiva de la entrega generosa del Mesías.
Los pastores no están en el pesebre, estaban a la intemperie. Esto indica que estaban expuestos a la rudeza de la naturaleza como también señala su estado de pobreza. A continuación, los hombres que recibirán la revelación son hombres forjados por la adversidad, expuestos a los más grandes peligros y marcados por la necesidad y la indigencia.

Los ángeles trajeron la Buena Noticia a los pastores, y éstos la llevaron a todos los que habían ido a ver a Jesús. Los pastores creyeron en la palabra que Dios les había hecho saber, y rápidamente se convirtieron en mensajeros. Todos los que los oían quedaban admirados. Los pastores fueron los primeros misioneros del Evangelio, los primeros evangelizadores después de los ángeles.

A nosotros, al igual que a los pastores, se nos anuncia esta verdad. A nosotros que padecemos muchos males y situaciones adversas, que sufrimos y esperamos mejorías, que buscamos progreso y anhelamos paz y felicidad, se nos dice que viene el Mesías, el Salvador de todos los hombres. ¿No es ésta una Buena Noticia ya que irrumpe como un rayo en nuestra vida personal y comunitaria? Si es Buena Noticia para nosotros debemos comunicarla a much
os jóvenes que caminan en la oscuridad, a tantos ancianos que sufren soledad y abandono, a numerosos niños que son maltratados, a todas las madres solteras que son marginadas, a tantas familias que son desposeídas y a tantos pobres y enfermos que sufren desatención y olvido.

La Navidad será Buena Noticia para todos si cada uno de nosotros como pastores, en primer lugar, nos dejamos iluminar por la presencia humilde del Niño de Belén y si sabemos llevar esta luz a los corazones tristes, sufrientes y perturbados. La Navidad será la Mejor Noticia si la escuchamos con el corazón y la comunicamos con amor, alegría y esperanzas.

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