CUARTO DOMINGO DE PASCUA

3 DE MAYO DE 2009


Lectura del santo Evangelio según san Juan 10, 11-18

En aquel tiempo, Jesús dijo:
«Yo soy el buen Pastor. El buen Pastor da su vida por las ovejas. El asalariado, en cambio, que no es el pastor y al que no pertenecen las ovejas, cuando ve venir al lobo las abandona y huye, y el lobo las arrebata y las dispersa. Como es asalariado, no se preocupa por las ovejas.
Yo soy el buen Pastor: conozco a mis ovejas, y mis ovejas me conocen a mí -como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre- y doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este corral y a las que debo también conducir: ellas oirán mi voz, y así habrá un solo Rebaño y un solo Pastor.
El Padre me ama porque yo doy mi vida para recobrarla. Nadie me la quita, sino que la doy por mí mismo. Tengo el poder de darla y de recobrarla: este es el mandato que recibí de mi Padre.»


COMENTARIO
En este domingo la Iglesia celebra todos los años a Jesús resucitado con el nombre del Buen Pastor. Cada año se lee un fragmento del capítulo 10 del evangelio de San Juan y en este ciclo B leemos la parte central de ese capítulo. También hoy la Iglesia reza por todos los que están llamados a ser pastores del Pueblo de Dios.

Jesús ha tomado esta figura del pastor para decirnos que Dios cuida, alimenta, defiende y conoce bien a cada uno de sus hijos; pero también quiere decirnos que nosotros -a ejemplo de las ovejas- debemos dejarnos cuidar y alimentar por el Buen Pastor. Será muy importante que analicemos las características del Buen Pastor y de las ovejas.


Buen Pastor. Jesús le había dicho al joven rico que “solo Dios es bueno”. Es bueno porque hace bien, comunica bien, da vida. En Él se puede confiar porque es auténtico, veraz. El Buen Pastor defiende a cada una de sus ovejas porque a Él le pertenecen, es el único dueño.

Doy mi vida por las ovejas. Jesús se ha expuesto en la cruz, arriesgó su vida y murió por cada uno de nosotros. El Buen Pastor se arriesga por el rebaño, se sacrifica, se entrega para que a ninguna oveja le falte nada.

Conozco a mis ovejas. Jesús conoce a cada uno no sólo por nuestro nombre, sino sobre todo conoce nuestro interior, nuestro corazón, nuestra vida. Por eso sabe lo que cada uno necesita. El Buen pastor que conoce a sus ovejas sabe cuando alguna está enferma o herida y entonces la auxilia, la sana y la hace caminar.

Mis ovejas me conocen a mí. Las primeras ovejas de Jesús son sus discípulos, ellos lo conocen porque están con Él y comparten varios momentos de su vida. Los que conocemos a Jesús sabemos que fue por una gracia, porque él mismo se da a conocer, se revela como el único y buen Pastor.

Ellas oirán mi voz. Sólo los que están y comparten su vida con el Señor podrán oír su voz, podrán captar lo que dice y poner en práctica lo que enseña. Nosotros escuchamos la palabra de Jesús y ella nos va instruyendo para que amemos de corazón a Dios y entreguemos nuestra vida por el bien de los demás.

Habrá un solo Rebaño y un solo Pastor. Jesús quiere reunirnos, pero sobre todo unirnos. En su oración pide por la unidad de todos los que recibieron la fe para que ninguno se pierda y puedan dar testimonio y así el mundo crea que son verdaderos cristianos.

Tengo poder de dar la vida y recobrarla. Jesús es el Buen Pastor y en Él debemos confiar porque tiene poder y la prueba está en que puede dar vida, puede hacer que todos los que están tristes, heridos, agobiados y deprimidos recobren el estado de paz, alegría, esperanzas y sueños. Jesús es el Buen Pastor y nosotros debemos ser buenas ovejas, dóciles a su voz, abiertos a su enseñanza, humildes para recibir todo lo que venga de sus manos.

Jesús quiere que seamos buenas ovejas porque luego él nos constituirá en pastores de su rebaño, en dirigentes de la comunidad, en misioneros de su Palabra y en testigos de su amor. Jesús es el único y buen Pastor y todos los demás participamos de este ministerio.

Jesús designa a los que serán pastores de su rebaño por eso nadie puede arrogarse el derecho a pedir el ministerio de pastor. Jesús elige a los que Él quiere, primero los forma y luego los transforma en servidores de su reino.


La celebración de este domingo nos invita a confiar en el Buen Pastor que nunca descuida a sus ovejas. Él suscitará pastores para su pueblo y lo hará a su debido tiempo. N
o desesperemos y amemos al Buen Pastor por medio de la obediencia a los pastores de nuestro pueblo.

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