EVANGELIO DOMINICAL

PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO

30 de noviembre de 2008

Lectura del santo Evangelio según San Marcos. 13, 33-37

En aquél tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
«Tengan cuidado y estén prevenidos, porque no saben cuándo llegará el momento. Será como un hombre que se va de viaje, deja su casa al cuidado de sus servidores, asigna a cada uno su tarea, y recomienda al portero que permanezca en vela.
Estén prevenidos, entonces, porque no saben cuándo llegará el dueño de casa, si al atardecer, a medianoche, al canto del gallo o por la mañana. No sea que llegue de improviso y los encuentre dormidos.
Y esto que les digo a ustedes, lo digo a todos: ¡Estén prevenidos!»


La estructura del texto nos dice que el tema central de este relato es la insistente llamada a estar prevenidos o vigilantes. La expresión “estén prevenidos” al inicio, en el centro y al final de este pasaje del Evangelio de Marcos, indica cuál es el mensaje central para este domingo.

Puntos para la Reflexión.
El cristiano no puede adormecerse. Ha de vigilar constantemente. Nuestro Adviento ha de ser perpetuo. Exige un alerta continua, condicionante de toda nuestra vida en el tiempo. Requiere que siempre el alma esté esperando ansiosa y responsablemente a Cristo que llena la existencia del hombre y le da plenitud.

Vigilar significa estar constantemente alertas, despiertos, a la espera. Significa vivir una actitud de servicio, a disposición del amo que puede volver en cualquier momento. Implica lucha, esfuerzo, renuncia. Según este modo de vigilar no permite la falta de compromiso o la indiferencia.

El que vigila en sentido evangélico se da cuenta de las "señales", de los signos del tiempo presente, escucha el mensaje del Señor de la historia y del futuro del hombre, practica diariamente la justicia y está en pleno ejercicio del amor. Es una vigilancia gozosa que se expresa en la celebración y en el culto debido a Dios.

Vigilar es tener en cuenta a los otros, percatarse de los otros, aceptarlos, amarlos. Es fraternizar, reconocer que Dios es nuestro Padre y que nos ha enviado a su Hijo para que en Él seamos verdaderos hijos suyos y hermanos entre nosotros.

Lo malo de estar dormidos es el no darse cuenta de una presencia. El que se duerme se pierde lo que está aconteciendo a su alrededor.

Lo bueno de estar prevenidos es que se trata de una invitación a mirar el futuro, eso es esperanza. Pero es mirar el futuro haciendo la tarea que el Señor ha asignado a cada uno.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué lindo es leer el Evangelio y la reflexión antes de celebrar la Eucaristía!
Nos predispone, nos ubica y nos propone una mirada nueva y rica de la Palabra.
En verdad que es un texto Escatológico, enmarcado a las realidades últimas a las que se aboca el hombre. Estaría bueno que nuestra espera, o nuestra vigilancia no sea por miedo a Dios; sino que al contrario, sea por amor a Él. Y que por Él y con Él encontramos a Él en las demás personas.
Gracias Padre por aclararme algunas cosas, y por invitarnos a este espacio.
Empezamos el Adviento con esta hermosa llamada, de estar a tentos a lo que se viene...

************Belén Lucero************

pablosiva dijo...

Me gustó, como siempre, el comentario de Belén porque aporta algunas ideas que no estaban expresadas, y además creo que nos invita a los lectores a tener parte en esto que se creó para todos y así enriquecerlo cada día. Mi agradecimiento y mi oración para todos los que siguen este blog.

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